Hablando de la inocencia perdida el escritor Carlos Aganzo dice que la juventud no sabe del tiempo ni de la culpa. Precisamente es de esto de lo que hablan estas películas, cuando se llega a una edad parece que es necesario hacer balance para ver en qué nos hemos equivocado en nuestras vidas y valorar si hay tiempo para rectificar.
En esta comedia italiana la trama gira en torno a una cena de amigos donde uno de ellos anunciará su próxima paternidad y el nombre del hijo será el punto de partida de la discusión donde aflorarán secretos profundos y acabarán saliendo todos los trapos sucios donde se dirán todo lo que piensan y que nunca se han atrevido a decir.
Los papeles principales están interpretados por un genial Alessandro Gassman en el rol de un agente inmobiliario, simpaticón y fantasma a partes iguales, que se burla constantemente de su cuñado, un comunista irredento, dogmático y cascarrabias también por igual medida, interpretado por un no menos genial Luigi Lo Cascio.
Los papeles femeninos, llenos de clichés y de manías bastante divertidas, corren a cargo de las también geniales Valeria Golino e Micaela Ramazzotti.
Al final entretenida comedia que se sigue con diversión y que está teniendo bastante éxito de público.
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