Dos hermanas que no pueden ser más diferentes, de hecho fueron adoptadas las dos y de diferentes padres. De Jasmine ya se esperaba que fuera una joya, viviendo en Nueva York y casada con un riquísimo hombre de finanzas, lleva una vida de ensueño donde el dinero corre a raudales.
Ginger en cambio es el patito feo. Una vez asumido que la hermana guapa e inteligente es Jasmine, ella vive en San Francisco y se codea con hombres incultos y vulgares.
Sus vidas se cruzarán cuando el marido de Jasmine es detenido por sus innumerables asuntos turbios y porque ésta le ha denunciado a la policía cuando descubre que tiene una relación con una au-pair francesa.
Arruinada totalmente, a Jasmine no le queda otra que rebajarse e ir a vivir con su hermana, renunciando a una vida de lujo por otra vida donde tienes que ver de dónde vas a sacar cada dólar que gastes.
Con su usual maestría Allen nos muestra una vez más la cara menos amable de la sociedad norteamericana, donde el culto al dinero y a conseguir fortunas multimillonarias constituyen una meta para muchas personas y es idealizado socialmente.
Nos muestra también que en el mundo de los modestos también existe la traición y la volubilidad del comportamiento de las personas, porque a fin de cuentas el ser humano no puede impedir dejarse llevar por sus pulsiones independientemente del contexto.
Ausente de la película como actor, mejora notablemente las últimas entregas que nos ha hecho dedicadas a distintas ciudades del mundo.
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