Un productor cinematográfico de films de serie B que en el pasado se dedicaba al cine trash con su esposa de actriz, de repente se encuentra que su casa de producción está a punto de quebrar y que su matrimonio lo mismo.La única buena noticia es que una joven directora de cine le pide ayuda para filmar un película titulada El Caimán, que cuenta la historia de Silvio Berlusconi.
A partir de aquí esta película que van a filmar se desarrolla al mismo tiempo que la historia afectiva y personal del productor, un Silvio Orlando que hace una interpretación magistral, de un hombre bueno cuya vida se viene abajo porque los negocios no funcionan y su mujer deja de quererlo.
Mientras la historia paralela de la película que están filmando no sale adelante porque nadie cree en el proyecto de narrar la vida de un hombre hiperprotagonista de la vida pública italiana de los últimos 20 años, que supuestamente a nadie interesa, donde al final sólo podrán rodar la última escena en la que el Caimán entra en el juzgado para escuchar la sentencia de condena de 7 años, lo que sí termina por consumarse es su divorcio, sumiéndolo en una pena profunda, que además conlleva la suspesión de la vida familiar con sus dos hijos pequeños.
Al salir del juzgado el Caimán hará la usual arenga a la parcialidad de los jueces, con la escena final en la que paradójicamente él sale aclamado por él público y la gente en cambio se encara con el juez.
Y también el discurso final donde el propio Moretti interpreta al Caimán y mientras su chófer lo lleva a su domicilio hace un análisis de lo que ha sido la vida política en los últimos años, a lo que se puede añadir que en los últimos siete siguientes tampoco ha cambiado mucho.
Nanni Moretti fue nominado a la Palma de Oro de Cannes de 2006 por lo que a mí parece una maravillosa doble película.
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