Película de Truffaut que se engloba dentro de la Nouvelle Vague y que pertenece a una trilogía realizada por el mismo director sobre el amor.Antoine y Christine viven modestamente en un edificio y cuentan con la simpatía de todos sus vecinos. Están muy enamorados y deciden tener un niño, que también será la alegría del vecindario.
Con el paso del tiempo, mientras Christine sigue enamorada platónicamente del bailarín Nureyev, Antoine inicia una relación con una japonesa que ha conocido en el trabajo. Sus retrasos y ausencias injustificadas provocorán que sea descubierto, con el consiguiente drama familiar. Entonces se planteará la eterna cuestión del arrepentimiento y del perdón, para que al final la situación vuelva a estar como al principio.
La película está llena de fina ironía, con unas cuantas situaciones de humor absurdo, que me recuerdan mucho al estilo que emplea Moretti en algunas de sus películas.
Realizada bajo los preceptos de la Nouvelle Vague supuso en su día un cambio radical en la manera de hacer cine, dejó de rodarse en estudios sin decorados artificales, prefiriendo los escenarios naturales que se acercaban mucho más a la realidad, cambiando también el lenguaje, usando uno más natural de la calle y dejando de lado la tradición imperante, que suponía unos diálogos más atildados, propios del teatro y por ello quizás más artificiales.
Salvo algunas películas, que siguen siendo unos clásicos del cine, la gran mayoría ha envejecido mal y ahora pueden resultar hasta aburridas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario