Como toda esposa antes de casarse, Sira vive con sorpresa y excitación el momento del compromiso y de los preparativos familiares, cuando de repente en la fiesta de Purim su hermana mayor muere justo cuando da a luz a un niño, lo que supondrá aplazar sine die la boda de Sira.
Buscando su cuñado una nueva madre para su hijo recién nacido, encuentra una viuda en Bélgica, que de casarse con ella supondría para la madre de Sira que dejaría de ver a su nieto, por lo menos, frecuentemente.
Para evitarlo tramará para conseguir que Sira se case con su yerno, de manera que pueda indirectamente conservar a su nieto, y que ésta a su vez llene el vacío que se ha producido con la muerte de su hermana.
El amor, la volubilidad de los sentimientos y las relaciones sociales constituyen el principal tema de la trama, que situándola en un entorno tan peculiar, a la vez que nos enseña muchas cosas de la tradición judía hasídica, nos hace ver su universalidad independientemente de dónde tengan lugar.
La directora Rama Burshtein, en la que es su ópera prima, cuenta una historia de amor basada en el estudio de los sentimientos, con el mérito adicional de que los actores -judíos ultraortodoxos- lo hacen como auténticos profesionales.
La película fue presentada con éxito en el Festival de Venecia de 2012, donde la actriz protagonista, Hadas Yaron, además ganó la Copa Volpi a la Mejor Actriz.
Leí unos comentarios muy positivos sobre la película y en su día la busqué en Nápoles pero nada...por lo menos todavía no ha salido por aquí.
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