Jodái-e Náder az Simin (2011), Asghar Farhadi. (Nader y Simin, una separación)

Todo empieza con la separación de una pareja iraní de clase media, lo que obliga al marido a buscar una señora que cuide a su padre enfermo de Alzheimer. Cuando un día descubre que la señora ha descuidado a su padre tienen una fuerte discusión, que degenerará en un episodio de violencia que acabará involucrando a las dos familias y algunas personas que las rodean, terminando todos en los juzgados y viendo cómo ninguno era realmente culpable, pero tampoco completamente inocente.

Intrigas y problemas de dos familias corrientes de la sociedad iraní, que le sirven al director para poner en cuestión los valores sociales y éticos de su país: la religión, el papel de la mujer en la sociedad, la ley misma, con otros meramente humanos: la sinceridad, el amor a la familia, la solidaridad con los demás.

Al final nos transmite un mensaje intranquilizador de cómo la sociedad puede influirnos negativamente en nuestro comportamiento, motivándonos a causar mal ajeno, incluso sin desearlo expresamente, que la ausencia de libertades civiles o la presencia de un estado teocrático sin duda agrava.

Es un gusto ver guiones tan bien elaborados y tan bien desarrollados. La película ganó en el Festival de Berlín de 2011 el Oso de Oro como mejor película y los Osos de Plata para mejor actor y mejor actriz, siendo la primera película de origen iraní en ganar el Oso de Oro. También ha ganado en 2012 el Óscar en la categoría de mejor película extranjera.