Gli sfiorati (2011), Matteo Rovere. (Los rozados)

Dos hermanastros que casi no se conocen se ven obligados a pasar juntos una semana en la misma casa en Roma justamente antes de la boda del padre que tienen en común y de la madre de ella. Es cuando como diría Pascal "le hasard en dispose", el azar dispone que el chico contra su voluntad se sienta obsesivamente atraído por su hermanastra, la guapísima actriz italoespañola Miriam Giovanelli. 

Reflejo de una generación que no sabe a qué aferrarse, supongo que de ahí el título, la chica está siempre en casa sin tener alicientes para salir, mientras el chico comienza a sentirse deborado por la pasión cada que la ve en casa, siempre en ropa interior y con un comportamiendo desenfadado y sensual. Al final lo que el azar dispone, la pasión culmina.

Poco más interés tiene la trama, ver unos buenos secundarios como Asia Argento y Claudio Santamaría haciendo unos papeles mediocres, o Aitana Sánchez-Gijón interpretando a la madre de Miriam, que ya vamos teniendo una edad todos.

Segunda película del director Matteo Rovere, que me gustó más en la primera, Un juego de chicas (2008), acerca de adolescentes de la burguesía italiana que ahítas de bienestar no saben cómo comportarse.