Un ladrón buscavidas que huye de la policía se sirve de esta concentración para esconderse y de paso enredar a una campesina inocente para su próximo golpe, una excelsa Silvano Mangano, que se deja embaucar y que al final será su perdicción.
Como siempre el cine neorrealista de posguerra se servía de la realidad cotidiana para elaborar sus guiones dando lugar a historias densas y ricas de contenido, a las que en este caso De Santis añade el estudio sociológico de cómo vivían las personas y cómo afrontaban la pobreza y la época que les tocaba vivir, viendo como el contexto marcaba sus vidas de manera indeleble.
También hacían el estudio propio de las personas, de las pasiones que son inherentes a los seres humanos y que asoman en cualquier circunstancia. La atracción de todos los hombres por la chica guapa y sensual, que a su vez se siente atraida por el hombre guapo y con carácter aunque sea un malvado, viendo como el comportamiento humano también se repite independientemente del contexto.
Valorada como la mejor película del último de los realizadores neorrealistas italiano, Giuseppe De Santis, contó con la producción de Dino De Laurentis y fue presentada a concurso en la 3ª edición del Festival de Canes.
A pesar de la militancia de De Santis en el partido comunista, que se puede colegir cuando se ve el film, la película fue muy criticada por el partido, porque decían que ofrecía una imagen muy sensual y banal de la mujeres, cuando en realidad se trataba de campesinas que trabajaban muy duro por ganarse un jornal.
Curiosamente tanto Mangano como Gassman siempre renegaron de esta película, que sin embargo creo que merecidamente ha pasado a las historia del cine como uno de los mejores clásicos del cine italiano y seguramente del cine en general.
No hay comentarios:
Publicar un comentario