El conocido director Zhang Yimou utiliza este marco para narrar la historia de un embalsamador americano que se hace pasar por sacerdote instalándose en un colegio religioso de niñas cantoras, que teóricamente estaba al abrigo de la guerra. La situación se complica cuando unas prostitutas que huían del conflicto entran por la fuerza en el colegio, atrayendo a su vez la atención del ejército japonés, que sediento de mujeres para sus soldados, obligará a las adolescentes y a las prostitutas a realizar una elección vital.
Rodada con toda serie de medios y contando con una gran producción, Yimou logra crear un ambiente bélico similar al de Spielberg en Salvar al soldado Ryan, sin que sin embargo logre dar credibilidad al papel de los actores, que resultan un tanto impostados por estereotipados, desde el padre colaboracionista cuya hija no lo entiende, hasta el niño que decide inmolarse por el bien general, pasando por el personaje principal -Christian Bale, el único actor no asiático de la película- que huyendo de su pasado, pasa de un alcoholismo autodestructivo a un altruismo desmesurado.
No obstante ello la película está muy bien filmada y es bastante entretenida. Ha representado creo que merecidamente a China como candidata al Óscar como mejor película extranjera en 2012, con lo que ha supuesto una de las mayores producciones de la historia del cine chino.
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