Matt King (George Clooney) es un adinerado hombre de negocios de Hawai, descendiente de habitantes autóctonos de estas islas, que se encuentra en una mala racha personal, su esposa acaba de sufrir un accidente haciendo esquí acuático y se encuentra en coma en el hospital. De repente descubre además que le era infiel desde hace tiempo con un tiburón del mercado inmobiliario al que causalmente se ve obligado a enfrentarse por negocios.
Además de eso se da cuenta de que ha perdido contacto con sus hijas. Su relación con la adolescente Alexandra es especialmente conflictiva, ya que ésta no deja de reprocharle su actitud distante con la propia familia en el pasado. Finalmente toda su familia de primos y tíos se relacionan interesadamente con él por ser el albacea de la herencia de grandes terrenos familiares, con la idea de forzarle a una venta especulativa y obtener un gran beneficio.
Todo ello le hará darse cuenta de golpe de que se impone un cambio de aires en su vida y que sus hijas se trasladen con él a su residencia en Hawai. Matt tendrá la esperanza de que las cosas se calmen y tratar de conseguir el amor perdido de sus descendientes.
Buen ejemplo de cuando uno piensa que lo tiene todo en la vida, de repente se da cuenta de que no sabe lo que tiene o incluso de que no tiene nada de lo que realmente lo importa.
Película con 5 candidaturas a los Óscars de 2012 que no parecen estar justificados en ningún caso. Clooney, aún haciendo un buen papel, creo que no se hubiera merecido ganar este premio, lo que da una idea quizás del bajo nivel de algunas películas que compiten por estos premios, que lo hacen más por razones comerciales o de oportunidad, que por méritos cinematográficos. Aunque la película es entretenida y tiene su mérito, con justicia se puede decir que bastante recompensa ha tenido estando ahí.
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