Ida (2014), Pawel Pawlikowski

Para asegurarse de que el paso que está dando es para siempre una monja novicia en la Polonia de 1962 es invitada a visitar a sus familiares antes de que tome los votos.

Como sus padres murieron en la 2ª Guerra Mundial irá a casa de su tía, una magistrada con un doloroso pasado que bebe sin parar y que colecciona hombres que le ayuden a olvidar su dolor.

Gracias a esa tía la monja descubrirá que es judía, que sus padres fueron asesinados en la guerra por sus propios vecinos no judíos, que además ocuparon sus tierras y su casa sin pagar nada a cambio.

Buena película que se sale de lo habitual, la manera de filmar es muy original, con planos donde los personajes sólo se les ve el busto y una gran amplitud de campo hacia arriba.

Filmada en blanco y negro y narrado con mucha parsimonia, como para que nos metamos en profundidad en el dolor de estas personas, en el período de gran barbarie y brutalidad humana en el que vivieron, Pawlikowski ha causado sensación con esta película en diversos festivales -en particular en el de  Sundance- y en la crítica especializada, con grandes elogios incluso de parte de nuestro Carlos Boyero, que por extraños los hacen más valiosos.