Historia de un músico que vive en el barrio alternativo de Greenwich Village en Nueva York en los años 60 y sus dificultades para salir adelante y mantener a su novia. El compañero con el grabó un disco del que no se vendieron ejemplares se ha suicidado y no sabe qué rumbo dar a su vida.
Mientras deambula por las carreteras y los clubes del país buscándose la vida, se hace con un gato compañero de viaje, que es el único que no le abandonará después de cada revés y de su desesperante pusilanimidad.
Filmada con una gran fotografía y buenos encuadres, tiene esos personajes secundarios estrambóticos que tanto les gustan a los hermanos Coen, sin embargo no logra ser una historia convincente, va perdiendo interés según avanza la película, para terminar de una manera anodina.
Con todo ello ganó el Gran Premio del Festival de Cannes de 2013.
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