A Late Quartet (2012), Yaron Zilberman. (El último concierto)

Un cuarteto de música de cámara se prepara para tocar su último concierto, simbólicamente el Opus 131 en Do menor sostenido de Beethoven, cuyo autor quiso que se tocara sin pausas, según parece, para provocar desasosiego en sus intérpretes.

En torno a la preparación de este concierto aflorarán las vidas privadas de sus miembros. Al maestro del grupo que lo fundó hace 25 años le diagnostican un principio de Parkinson, lo que supondrá la retirada definitiva de los escenarios y la nostalgia por el intenso recuerdo de su amada esposa muerta tempranamente.

A la hora de tomar el relevo cumpliendo la supuesta intención de Beethoven aparecerán disputas entre sus miembros y supondrá el enfrentamiento entre ellos.

Refinado contexto neoyorquino en el que director aprovecha para hacer un repaso a muchas facetas de la condición humana, la enfermedad, la muerte, el amor, el desamor, la envidia, que a todos en momentos nos alcanzan en nuestras vidas.

Con un reparto de primer nivel donde destaca un excelente Christophen Walken, que finalmente hace un papel donde puede demostrar su talento y no esos que ha estado haciendo los últimos años de hombre maduro todavía no anciano pero con serios síntomas de demencia senil. También destaca el siempre genial Philip Seymour Hoffman y la menos conocida pero con una trayectoria impresionante Catherine Keener.

Lograda mezcla de cine de autor y cine comercial que se está convirtiendo en una tendencia para tratar de atraer el público a las salas de cine. Esperemos que perdure y nos compense de tanta película de monstruos y de guerras del fin del mundo.