Por un extraño guiño del destino Pietro se queda viudo mientras está salvando la vida a una desconocida. A partir de ahí empieza a vivir interiormente una especie de "caos tranquilo", desarrollando una peculiar forma de luto que le empuja a aislarse del mundo que le había rodeado hasta entonces poniendo su vida como en pausa, en una especie de melancolía serena, para dedicarse en exclusiva a cuidar a su hija de 10 años.
Una mañana delante de la escuela de la niña decidirá esperarla fuera hasta que termine sus clases, dejando de lado su trabajo y renunciando a su antigua vida social.
Sentado en un banco empezará a conocer y a tratar las personas que hacen su vida en el barrio y que de manera rutinaria entran en contacto con él todos los días. Después serán sus familiares y amigos los que vengan a verlo al parque sin que al principio entiendan muy bien su actitud, para poco a poco tener dudas acerca de quién es el que es más extraño.
Genial parábola de lo que puede ser la vida real de muchas personas. Cómo a partir de una situación aparentemente absurda el personaje de Moretti logra dar la vuelta a la situación para hacer reflexionar a los demás acerca de la dirección de sus vidas y de la solidez de sus comportamientos, hasta hacernos pensar que puede ser que la vida absurda sea más bien la que nosotros creemos normal.
La película participó en el Festival de Berlín de 2008. Como curiosidad comentar que la película adquirió más renombre quizás por una escena de sexo explícito bastante real entre el propio Moretti -que habitualmente es contrario a ellas- con Isabella Ferrari, que tuvo una gran resonancia en los medios de comunicación.
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