Historia de un veterano de la Segunda Guerra Mundial, alcohólico, paranoico y obsesionado por el sexo, que además sufre el trastorno de estrés postraumático, que cuando termina la guerra inicia el periplo de reintegrarse sin éxito a la vida civil.
En una de sus sucesivas aventuras caerá en la órbita de un personaje carismático que está celebrando la boda de su hija en un barco navegando por un río y que lo recibirá con los brazos abiertos.
Posteriormente descubrirá que se trata de una especie de gurú, psicólogo y hombre de negocios que tiene un gran predicamento entre la gente, que presume de curar determinadas personas enfermas, con el que establecerá una relación profunda y en ocasiones convulsa a lo largo de muchos años, siguiéndole a él, a su familia y a su causa en su periplo a lo largo de Estados Unidos.
Dirigida, producida y escrita por uno de los mejores directores hoy en día, Paul Thomas Anderson, autor de obras maestras como Boogie Nights, Magnolia y otras cercanas como Punch-Drunk Love (Embriagado de amor) y Pozos de ambición, ha sido un éxito de taquilla y de crítica en Estados Unidos.
Con esta impresionante carta de presentación uno va al cine emocionado, preparado para ver un peliculón y curiosamente sale decepcionado, primero porque no sabe lo que ha visto -lo cual en cine no siempre es necesariamente malo-, y segundo porque con lo que uno ha leído previamente piensa que la película hablará de la Iglesia de la Cienciología, cuando en realidad no se hace ni la más mínima referencia a ella y ni siquiera por asociación uno puede intuirlo.
En cualquier caso la película está filmada excelentemente, las interpretaciones Joaquin Phoenix y Philip Seymour Hoffman son extraordinarias -lo que les ha valido la nominación al Óscar al mejor actor principal y al secundario- y te deja un poso que va aflorando con el paso de los días, porque tiene algo que te hace que sea atractiva y te incite a pensar en ella.
En su día fue presentada en el Festival de Venecia de 2012 con gran aceptación lo que le ha servido para crear la onda publicitaria que hoy vemos.
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