Miguel -el propio Nanni Moretti- es un joven profesor de matemáticas que se instala en su nueva casa de Roma, donde conoce a Massimiliano y Aurora, una joven pareja que discuten a menudo, y a Siro, un señor anciano al que le gustan mucho las mujeres y la buena vida.
Miguel vive solo y está lleno de manías y de fobias: obsesionado con la higiene, perfeccionista y, sobre todo, observador compulsivo de los demás, a los que juzga en extremo por los más mínimos detalles.
Trabaja en una escuela llamada "Marilyn Monroe" -uno de los muchos guiños surrealistas de la película-, instituto experimental al que van alumnos muy estudiosos, y que tiene bar, flippers y máquinas tragaperras, donde la foto del Presidente de la República ha sido sustituida por la del portero Dino Zoff -en el Mundial de España-, los profesores dan lecciones del músico Gino Paoli y hasta tienen un psicólogo a disposición.
En su tiempo libre Miguel se dedica a su pasión preferida, observar el comportamiento de sus amigos, especialmente las parejas, una investigación obsesiva que apunta religiosamente en un cuaderno de fichas, con la idea de contribuir a ordenar el mundo y orientar a las personas acerca de cómo deben comportarse.
Aquí es donde aparece Blanca, la profesora de francés -una joven Laura Morante-, con la que renuncia a tener una relación sentimental porque según dice "no estoy habituado a la felicidad", lo que acarrearía el desorden en su vida.
Mientras tanto se suceden una serie de homicidios en su entorno, que su extraño comportamiento hace que un comisario sospeche de él como el culpable, lo que a su vez acentuará su comportamiento neurótico y obsesivo. En un principio Blanca le sirve de coartada, para finalmente el propio Miguel confesarlo todo.
En la historia se cruzan dramas psicológicos y sentimentalismo, junto a la comedia, en algunos momentos histriónica. Como el cuadro de Mike Jagger vestido con la camiseta de la selección nacional italiana, o la consuetudinaria citación de la tarta sacher -en este caso comiéndola desnudo-, que sabemos que también da el nombre al cine de su propiedad en Roma.
En definitiva, un ejemplo del universo de Moretti, un tanto difícil de clasificar, aunque muy interesante social y cinematográficamente.
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