Es la historia de un actor cómico de teatro en París, que en una crisis existencial que le produce graves ataques de pánico decide dejar su exitosa carrera, su mujer y una sempiterna relación conflictiva con su padre, para terminar en un pueblo de Canadá donde inicia una relación con una doctora, para después de haberse instalado desaparecer a su vez para siempre.
La trama se completa cuando su esposa decide ir en su busca y encuentra a esta doctora y entre ellas se establece una buena relación en base a la curiosidad que les provoca haber sido amadas por el mismo hombre, tratando así de entender cómo son los mecanismos del amor y la asunción de su falta cuando se produce.
Narrada con un gran lirismo y una fotografía espectacular de inmensos bosques nevados en Canadá, si bien en algún momento abusa de los primeros planos y con movimiento de cámara, para variar.
Totalmente reconmendable, muy, muy original, con una buena banda sonora de Vincent Segal y dos buenas actrices, en particular la italiana de madre iraní Maya Sansa que ha recibido elogiosas críticas por su papel de la doctora. Como curiosidad, el actor protagonista, que destaca más por su versatilidad como mimo y malabarista, es el bisnieto de Chaplin.
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