Película muy filosófica llena de alegorías, que junto al hecho de verla en versión original en alemán subtitulada en italiano, ha hecho que haya necesitado varios días para procesarla.
Aparte de la historia conocida por todos, tengo la impresión de que el director pretende transmitirnos la idea paradójica de que cómo puede gustarnos tanto este mundo tan malo como para desear la inmortalidad.
Desde la escena inicial donde se ve en primer plano el pene de un cadáver al que el doctor Fausto va extrayéndole las vísceras, preguntándose con su ayudante si existe el alma humana y dónde reside, junto a las escenas en las que los personajes se comportan de manera vulgar, ya sea comiendo o dando rienda suelta a sus instintos sexuales, hasta el físico deforme y repulsivo de Mefistófeles, parece que Sokúrov pretende hacer un retrato devastador de la especie humana, que lo acentúa con el contraste de la bella, inocente y angelical Margarita, de la que se enamora perdidamente Fausto.
La escena final al estilo Bergman donde se representa el infierno me parece la mejor de la película.
En fin, cine muy intelectual dedicado a un público minoritario, que parece que ni se estrenará en salas comerciales, y que en cambio curiosamente acaba de ganar el León de Oro en la Mostra de Venezia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario