Historia real de Louis Zamperini, hijo de emigrantes italianos en California, que de ser un chico travieso a punto de entrar en el reformatorio logra hacerse un atleta olímpico y un héroe de la aviación norteamericana en la 2ª Guerra Mundial.
La acción se centra básicamente en los 47 días que pasó junto a otros dos soldados en una balsa a la deriva en medio del Pacífico después de que su avión se estrellara, para posteriormente ser capturado por los japoneses y pasar 2 años en un campo de concentración, donde es torturado sádicamente por el jefe del campo, que se lo tomará como algo personal.
Después sería liberado y se convertiría en un héroe nacional.
Trama ideal para el gusto norteamericano, con el manido recurso a la superación sin límites y a la redención personal, en la que la directora Angelina Jolie se recrea.
Aparte de la magnífica escena inicial de la batalla aérea, rodada muy originalmente desde dentro del avión, lo interesante de la película reside en la historia en sí, que Jolie narra de manera aceptable, aunque como decimos con la consabida y esperada exaltación de la constante superación y resistencia de Zamperini, de ahí el título, que aún pudiendo ser verdad en la historia real, suena como preparado para los Óscar.
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