Un sevillano que nunca ha salido de Andalucía se enamora de una chica vasca que está de visita en Sevilla y que extrañamente para él se le ha resistido a caer en sus brazos.
Cuando la chica se vuelve a su tierra, ni corto ni perezoso iniciará un viaje al País Vasco en su busca, sin saber ni dónde vive ni si le querrá ver.
Con esta premisa tan sencilla y con el hilo conductor de todos los tópicos acerca de los vascos y de los andaluces, Martínez-Lázaro dirige otra de sus comedias simpáticas y desenfadas, que como le ha sucedido otras veces ha sido todo un éxito de taquilla y un fenómeno social, incluso con críticas desde algún estamento político por haber frivolizado con algo supuestamente intocable.
Buen trabajo de los dos jóvenes actores que además se han convertido en estrellas, a juzgar por el hecho de que ahora los vemos hasta en la sopa, y de un siempre genial Karra Elejalde, en el papel del padre de la chica.
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