Aunque a Diego le ha dejado su novia cinco días antes de la boda, él decide igualmente presentarse en la iglesia sin decir nada a sus invitados por si ella se arrepiente.
LLegado el día y dándose cuenta de que está solo en el altar y la mitad de la iglesia vacía, decide emborracharse con sus dos primos e irse a las fiestas de Comillas, el pueblo donde veraneaban de pequeños y donde dejó a su novia de la adolescencia, que ahora tratará de recuperar para compensar el abandono de su novia.
Con estas premisas parte una delirante comedia que tuvo mucho éxito hace dos años y cuyo humor en ocasiones surrealista me hace recordar un poco al clásico "Amanece que no es poco".
LLegado el día y dándose cuenta de que está solo en el altar y la mitad de la iglesia vacía, decide emborracharse con sus dos primos e irse a las fiestas de Comillas, el pueblo donde veraneaban de pequeños y donde dejó a su novia de la adolescencia, que ahora tratará de recuperar para compensar el abandono de su novia.
Con estas premisas parte una delirante comedia que tuvo mucho éxito hace dos años y cuyo humor en ocasiones surrealista me hace recordar un poco al clásico "Amanece que no es poco".
La interpretación estrepitosa de sus actores principales, Quim Gutiérrez, Raúl Arévalo, Inma Cuesta y Antonio de la Torre hacen que la película parezca mejor de lo que realmente es. Aún así es divertida y se hace entretenida. Filmada casi íntegramente en Comillas, supone también una visita virtual a un pueblo precioso.
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