Blue Valentine (2010), Derek Cianfrance

Dean es un operario de una empresa de mudanzas que un día transportando los muebles a un jubilado en un asilo conoce a Cindy, una enfermera que está visitando a su abuela, de la que se enamora perdidamente.

Después de cortejarla insistentemente, de pegarse incluso con su novio, al final consigue que ésta se enamore de él, que se casen y tengan una hija.

Con el paso del tiempo la apatía y el desinterés por mejorar en la vida de Dean se transformarán en un obstáculo insalvable para Cindy que hará que se desenamore de él.

Dura película que nos muestra de una manera fría cómo el amor puede surgir en cualquier momento y de la misma manera irse, dejando a los enamorados sumidos en la más profunda tristeza.

Si a eso le añadimos el característico desarraigo familiar del mundo anglosajón, que en esta película se hace más notorio, el padre de ella maltrata desde siempre a su madre, y los padres de él desaparecieron de su vida hace tiempo, el resultado es de una tristeza enorme, para la que el director no ve salida alguna, el amor no existe a largo plazo, tan solo puede ser una ilusión en un momento dado, pero tarde o temprano se transformará en una cosa dolorosa.

Para hacerlo todo más evidente, el director va constantemente adelante y atrás en el tiempo con la idea de mostrar de manera consecutiva momentos idílicos de la pareja con otros de grave conflicto, sin que sobre el papel haya cambiado nada en el entorno.

Protagonizada por un ahora ubicuo Ryan Gosling como él mismo se autodefine y por Michelle Williams que fue candidata al Óscar como mejor actriz en 2011. Bastante recomendable también la banda sonora de Grizzly Bear.