Sugestivo título para una película difícil de clasificar, es como una comedia romántica pero con crítica política y de concienciación ecológica. La comedia corre a cargo de Ewan McGregor en el papel de un biólogo experto en pesca al servicio del gobierno británico y de la guapa Emily Blunt que trabaja para una multinacional cuya misión es la de hacer realizar el sueño de un jeque yemenita de crear una presa en Oriente Medio que sea capaz de mantener un sistema de cría de salmón.
De la crítica política se ocupa Kristin Scott Thomas, como jefa de gabinete del primer ministro británico, que aprovechará el proyecto de cooperación angloárabe para distraer a los votantes de las malas noticias que llegan sobre la guerra de Afghanistán y mejorar así la imagen de su ministro de Exteriores.
Y por último el amor será el que se ocupe de hacer surgir la conciencia ecológica. El biólogo y la chica se enamorarán para dar vida al proyecto y dejar de lado los espurios fines de la multinacional y de los gobiernos, solventando también los sabotajes de los nativos yemenitas que también se oponen al proyecto.
Lo al principio que parece que va a ser una buena película, poco a poco va perdiendo interés, y sólo gracias al buen hacer de McGregor, Blunt y una excelente Scott Thomas, uno logra verla hasta el final sin salirse del cine.
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