La historia trata de una pareja de chicos daneses que se ha conocido hace 3 meses y que decide casarse repentinamente y hacerlo en la casa que tiene el padre de él -Pierce Brosnan, elegante y guapo como siempre, haciendo de Pierce Brosnan, como siempre- en la localidad de Sorrento, en la Costa Amalfitana. La casa, que lleva cerrada desde que muriera su esposa y él siga sin aceptarlo del todo, servirá de punto de encuentro para que las dos familias pasen unos días juntos y se celebre la boda.
La madre de ella es una peluquera que vive en Dinamarca y que se está curando de un cáncer de pecho, pero que decide hacer sola el viaje porque acaba de sorprender a su marido acostándose con su secretaria, y que en el colmo de la desfachatez éste ha decidido acudir a la boda también con ella.Al final el encuentro de todos servirá para que se conozcan y se enamoren el padre de él y la madre de ella, porque ni siquiera la boda tendrá lugar. El chico, en medio de los preparativos, se siente atraído por uno de los camareros italianos y decidirá sincerarse consigo mismo, después con su novia y cancelarlo todo antes de que sea demasiado tarde.
Poco más interés tiene la historia, si no es el marco incomparable de este pueblo italiano de gran belleza, donde la directora se recreará regalándonos un sinfín de vistas y amaneceres.
La película fue presentada en el Festival de Venecia de 2012 con gran expectación debido a sus protagonistas y a la propia directora, asidua a los festivales de alto nivel -ya ganó en su día el Óscar y otra nominación a la mejor película extranjera-, pero cuyo resultado ya no tiene nada que ver con ese movimiento Dogma 95 en el que ella se inició.
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